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miércoles, 29 de junio de 2016

Renovada protección para el ex juez represor Montezanti

La Cámara Federal de Bahia Blanca suspendió la indagatoria a un ex juez represor. 

En línea con el cambio político, en Bahía Blanca se acentúa el retroceso en las causas por delitos de lesa humanidad. Montezanti, ex titular del tribunal bahiense quien renunció para evitar la destitución, consiguió postergar sin fecha su declaración.

El cambio de vientos políticos sigue haciendo estragos en las causas de lesa humanidad de Bahía Blanca. Montado en el fallo de la Cámara Federal local que puso en duda la imparcialidad del juez federal Alejo Ramos Padilla, el ex agente de inteligencia del Ejército y ex juez Néstor Luis Montezanti logró esta semana la suspensión y postergación de su indagatoria como imputado por delitos de lesa humanidad, prevista para el martes próximo. El próximo paso de quien fue presidente de la Cámara bahiense hasta que renunció para evitar su destitución en el Consejo de la Magistratura será pedir la nulidad de toda la causa, amparado en los argumentos que le obsequiaron su ex compañero de tribunal Pablo Candisano Mera y los subrogantes Jorge Ferro y José Triputti.

Montezanti fue imputado por los fiscales Miguel Palazzani y José Nebbia por su participación en 22 homicidios de la Triple A entre 1974 y 1975, por el secuestro y los tormentos de un militante de la Juventud Peronista que lo reconoció durante su interrogatorio en el Cuerpo V de Ejército en 1977 y por su rol como agente del Destacamento de Inteligencia 181. Ramos Padilla, que actuaba como subrogante en Bahía Blanca, ordenó el año pasado su citación a indagatoria y lo declaró en rebeldía luego de que el imputado (todavía con fueros) faltara tres veces en una semana sin alegar motivos razonables y mintiendo abiertamente. Por esos meses el camarista también prefirió no dar la cara cuando lo citó el Consejo de la Magistratura. Su única aparición pública fue un autorreportaje en La Nueva Provincia, el diario de su amigo Vicente Massot, que a su vez obtuvo su falta de mérito gracias a una maniobra del propio Montezanti, quien ideó un original sumario para apartar por “pérdida insalvable de confianza” al juez federal ad hoc Alvaro Coleffi, que se había animado a citar a indagatoria al empresario y se aprestaba a pronunciarse.

En septiembre el Consejo resolvió por amplia mayoría la suspensión y la apertura del procedimiento de remoción ante el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados de Montezanti por su actuación en el terrorismo de Estado y también por sus “comportamientos indecorosos, arbitrarios y despóticos” en democracia, de los que dan fe los empleados de la Cámara y los alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Sur. Sus conductas son “incompatibles con la vigencia de los derechos humanos” y carece de la “idoneidad moral y la vocación democrática” indispensables para ser juez de la Nación, sostuvo. En marzo, cuando el Consejo de aprestaba a destituirlo, Montezanti presentó su renuncia, que el presidente Mauricio Macri aceptó en tiempo récord. La huida silenciosa le permitirá cobrar una jubilación de privilegio por el resto de sus días y le evitó a los consejeros tener que pronunciarse sobre el rol durante la dictadura de un encumbrado miembro de la corporación judicial.

Ya sin fueros que impidan su detención, la Cámara Federal tomó una decisión que le permitió recobrar sus esperanzas de prolongar su impunidad. A partir de planteos de defensores de represores, los jueces resolvieron aceptar la recusación de Ramos Padilla (abstracta pues renunció a las causas de Bahía Blanca a fines de 2015) al considerar que era justificado el temor de parcialidad por su antiguo rol como querellante de víctimas de la dictadura. “Estas resoluciones habilitan a las defensas a plantear nulidades en todas las causas donde intervino el doctor Ramos Padilla”, anticipó entonces el fiscal Palazzani a la agencia Paco Urondo. La suspensión de la indagatoria, que dictó el juez Pedro Plou (de Junín, también subrogante en Bahía) era una previsible consecuencia de la resolución de la Cámara.

Mientras el cuarto juicio de lesa humanidad en el sur bonaerense todavía no tiene fecha de inicio, los militantes de la impunidad siguen ganando batallas en Bahía. Primero fue la confirmación de la falta de mérito de Massot, sobre la que debe pronunciarse la Cámara de Casación. Luego la Cámara Federal, sin darle derecho a descargo, cesanteó por segunda vez a Coleffi (el juez que se animó a avanzar contra Massot) por entender que no podía trabajar en el Ministerio Público Fiscal. El mes pasado se pronunció contra Ramos Padilla. Los fiscales de la Unidad de Derechos Humanos también parecen estar en la mira. Ante una acción de amparo porque el Servicio Penitenciario Bonaerense no les permitía ingresar a la cárcel de Villa Floresta, Ramos Padilla hizo lugar y habilitó la inspección que solicitaban. La Cámara Federal revirtió esa decisión para impedirles que controlen las condiciones inmundas que reinan en las cárceles de la provincia.

sábado, 22 de noviembre de 2014

Massot culpabiliza a los familiares de las víctimas

El director del diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca, imputado por la muerte de dos obreros gráficos, volvió a descargar responsabilidad. En diez días se resuelve su situación.
Vicente Massot se retira después de declarar, en medio de un fuerte operativo policial

Por Pablo Spinelli  -  spinellipa@gmail.com

Vicente Massot llegó a las 6.50 a las dependencias de la Secretaría de Derechos Humanos de Bahía Blanca. lo hizo caminando solo, por una zona que ya estaba vallada, pero no tan blindada con la vez anterior. Madrugó a las organizaciones de derechos humanos que llegaron a las 7 para repudiarlo y reclamar memoria, verdad y justicia. Más tarde, frente al juez que debe decidir su situación procesal por las muertes de dos obreros gráficos en épocas de la dictadura, repitió la fórmula ya transitada: responsabilizó a su madre y su hermano, ambos fallecidos. Agregó una acusación a los familiares de las víctimas, a quienes desacreditó por su testimonio dado en el marco del juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en esa jurisdicción.

Adentro, el director de La Nueva Provincia se encontró con su abogado defensor, Rubén Ditskin; el juez federal subrogante, Alvaro Coleffi; y los fiscales de la Unidad Fiscal de Derechos Humanos, Miguel Angel Pallazani y José Nebbia, quienes una vez más se resignaron a que no podrían a ser preguntas.

"Mantuvo la versión que había dado en las dos declaraciones anteriores ante el juez de los meses de marzo y de abril del corriente año y además no aceptó preguntas de los fiscales", dijeron fuentes judiciales que presenciaron la escena.
El caso por el cual está imputado es el de los obreros gráficos Enrique Heinrich y Miguel Angel Loyola, quienes fueron asesinados en tiempos en que trabajaban para el tradicional matutino bahiense. “En lo que corresponde a las actas notariales y se exculpó de la situación afirmando que su madre Diana Julio de Massot era la que manejaba y dirigía el diario", explicaron las fuentes.     
 Los manifestantes contra Massot, esperan afuera de la sala donde declaró

A partir de ahora el juez tendrá diez días hábiles para definir la situación procesal del empresario. Podría procesarlo en incluso ordenar su detención, o decidir no procesarlo.

Massot, quien al final de su declaración se retiró en patrullero y fuertemente custodiado, está acusado por la Unidad Fiscal de Derechos Humanos de integrar "junto con los mandos militares una asociación ilícita con el objetivo criminal de eliminar un grupo nacional", para lo cual habría contribuido desde el multimedio actuando "de acuerdo a las normativas y directivas castrenses y en cumplimiento de tales" órdenes.

El empresario fue imputado como coautor del homicidio de los obreros gráficos Heinrich y Loyola, "instigando, determinando, prestando aportes indispensables para su concreción material y encubriendo a sus autores inmediatos".

También se le imputa haber efectuado "aportes esenciales", que "consistieron en el ocultamiento deliberado de la verdad", en los secuestros, torturas y homicidios de 35 personas

domingo, 19 de agosto de 2012

Sacaron a la luz las huellas del horror

Excavaron bajo el sitio donde estuvo centro clandestino.  El trabajo fue encabezado por Gonzalo Conte.

VIEDMA (AV).- Un enorme árbol –en el que fueron estaqueados algunos detenidos– es el único testigo en silencio que quedó en pie. A su alrededor sólo los cimientos a ras del suelo de lo que fue "La Escuelita" en el predio del V Cuerpo de Ejército de Bahía Blanca. Éste fue el Centro Clandestino de Detención 37 durante la última dictadura, que es señalizado luego de un trabajo de hormiga que llevó años.

El arquitecto Gonzalo Conte es coordinador del programa Topografía de la Memoria y trabajó como perito en este centro que padecieron varios rionegrinos, algunos de ellos ya fallecidos.

Conte explicó que en estos lugares demolidos se buscan pruebas para restablecer la verdad sobre ellos, así como las características de su funcionamiento. En este caso se trabajó mucho con testimonios, la Fiscalía en el marco del juicio que está por terminar y "acompañando el proceso de investigación desde lo fáctico".

Explicó que en "La Escuelita" se realizó una excavación de 10 centímetros de donde fueron recatadas unas 13.000 piezas que "dan cuenta del funcionamiento de un centro clandestino. Por las prácticas, los reconocimientos, los testigos y porque con la excavaciones han coincidido con los testimonios, los dibujos de los sobrevivientes y los planos catastrales de una edificación que se levantó en 1944".

Entre las 13.000 partes de lo que fue el edificio como pisos, trozos de ventanas, puertas, pozos ciegos, aljibes, cercos perimetrales fueron encontradas también jeringas, ampollas, material médico a sólo 10 centímetros de profundidad y en algunos pozos circundantes a lo que fue el patio del lugar. También fue señalizado otro pozo tipo cisterna "donde se les hacía el submarino", dos habitaciones con pisos de madera en las que se distribuían entre 10 y 12 catres para ubicar a los detenidos, una especie de salita de guardia, dos sectores de torturas que aún conservan un rectángulo de piso de cemento, una cocina, un baño que también era utilizado para tomar datos y donde se encapuchaba a los que ingresaban. Detrás del gran árbol a cuatro o cinco pasos se encuentra la cisterna. Allí fue hallado un basurero con material médico, jeringas y ampollas, detalló Conte caminando entre las señalizaciones del predio.

"Además los sobrevivientes reconocieron el lugar como sus propios sectores de cautiverio, reconstruyeron su historia ahí adentro y dieron un testimonio fundamental y necesario para este camino de verdad y justicia", puntualizó Conte. Y agregó que la pericia tiene una segunda etapa que comenzará con la construcción de un tinglado que proteja la excavación y un cerco perimetral que defina el perímetro de esas tres hectáreas en las que no sólo se levantó "La Escuelita" sino también otras estructuras.

En esta segunda etapa la excavación llegará hasta los 50 centímetros de profundidad, lo que ofrecerá mayores indicios sobre el funcionamiento y "también construir un sitio de memoria que es un poco el sentido que tiene esta investigación". Consultado sobre la posibilidad de hallar restos humanos, el perito de Memoria Abierta consideró que "siempre es posible que se encuentren cuerpos sepultados. No descartamos ninguna opción pero el trabajo será arduo".

En noviembre comenzará esa construcción y a partir de marzo 2013 las nuevas excavaciones. "Es difícil prever que tipo de hallazgos se encontrarán pero creo que reforzarán esta definición que éste fue un centro clandestino de detención y tortura. Conte valoró el aporte de la Universidad Nacional del Sur en estos trabajos, teniendo en cuenta que durante la dictadura "supo ser complaciente".

martes, 24 de agosto de 2010

Confirman el procesamiento de ex coronel por secuestros y torturas en la “Escuelita”

Lo dispuso la Cámara Federal de Bahía Blanca. Se trata de José Héctor Fidalgo, acusado por crímenes de lesa humanidad cometidos en aquel centro clandestino de detención que funcionara en esa ciudad durante el último gobierno militar.

La Cámara Federal de Bahía Blanca rechazó un recurso de apelación presentado la defensa del ex coronel José Héctor Fidalgo contra el fallo que ordenara su procesamiento con prisión preventiva, en una causa por crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención “La Escuelita”, que funcionara en aquella ciudad durante el último gobierno militar.

En el caso, Fidalgo está procesado por el secuestro e imposición de tormentos de Pablo Victorio Bohoslavksy, Julio Alberto Ruiz y Rubén Alberto Ruiz, quienes luego de un período de cautiverio en la “Escuelita” fueron recluidos en dependencias del Batallón de Comunicaciones de Comando 181, para ser sometidos al Consejo de Guerra Especial Estable de la Subzona de Defensa 51, que integraba el acusado en carácter de “vocal”.

Según la resolución, las tres víctimas fueron secuestradas entre el 19 y el 20 de octubre de 1976, trasladadas al CCD la “Escuelita”, donde permanecieron en cautiverio en condiciones infrahumanas y fueron sometidos a interrogatorios bajo torturas.

Se los liberó el 22 de noviembre de 1976, dejándolos abandonados en un descampado, donde sin solución de continuidad fueron “encontrados” por personal de Ejército y subidos a un vehículo del Batallón de Comunicaciones de Comando 181, a donde fueron llevados. Allí permanecieron detenidos hasta que el 12 de diciembre del mismo año se les informó que serían sometidos a Consejo de Guerra, cuyas audiencias comenzaron el 16 de diciembre de ese año. Fueron condenados al día siguiente, sentencia que fue apelada por el fiscal, logrando que el Consejo Superior de las FFAA elevara las penas impuestas, que fueron cumplidas en las unidades penitenciarias de Villa Floresta y  –mayormente– en la de Rawson.

Se agrega que Fidalgo, actuando como vocal del Consejo de Guerra, estuvo presente en la audiencia de prueba llevada a cabo el 16 de diciembre de 1976 y votó afirmativamente la prisión preventiva rigurosa de los imputados. Al día siguiente, analizó y votó cada una de las cuestiones de hecho formuladas por el auditor respecto de los acusados, y suscribió la sentencia condenatoria y la concesión del recurso del fiscal.

“Este Tribunal de Alzada ya resolvió que este proceso fue un instrumento utilizado para trastrocar lo ilegal en una aparente legalidad… resultando una variante más de la última fase en la secuencia delictiva del modus operandi desplegado por las Fuerzas Armadas y de Seguridad en la alegada lucha contra la subversión, durante el período investigado, el que –en síntesis– consistía en: 1°)- detención/secuestro; 2°)- cautiverio en centros clandestinos de detención; 3°)- interrogatorio y torturas; y 4°)- destino final; ya sea: a)- muerte/desaparición física, o b)- liberación a través de su legalización, lo que vulgarmente fue conocido como ‘blanqueo’, añade la Cámara.

En conclusión, agrega el tribunal, “en el momento procesal en el que se encuentra la causa, existen elementos de criterio concordantes y suficientes, acerca de la intervención del entonces Capitán José Héctor Fidalgo en los hechos reprochados”.