miércoles, 4 de enero de 2012

Declaró Alicia Partnoy en juicio lesa humanidad

La profesora y escritora Alicia Mabel Partnoy, autora del libro “La Escuelita” con relatos testimoniales sobre el centro clandestino de detención de Bahía Blanca en el que estuvo secuestrada 105 días, declaró hoy en el juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en jurisdicción del V Cuerpo del Ejército.
 
Partnoy, de 56 años, fue secuestrada el 12 de enero de 1977. Permaneció en el centro clandestino de detención “La Escuelita”, tras ello trasladada en condición de detenida a la Unidad Penal de Villa Floresta y luego al Penal de Villa Devoto hasta el 23 de diciembre de 1979, para luego radicarse en Estados Unidos.
 
La mujer afirmó que “yo tenía 21 años y mi esposo 22, éramos militantes de la Juventud Universitaria Peronista (JUP), estudiaba literatura en la Universidad Nacional del Sur”.
Ante el Tribunal, la mujer comentó que “decidí militar en el momento del golpe porque mi hija tenía 9 meses y no quería que creciera en un país donde no había libertad, entonces empecé a militar y parte de ese trabajo era recopilar información sobre torturas, sobre secuestros y diseminar esa información”.
“En el momento en que vienen a detenerme, en mi casa nosotros estábamos imprimiendo con unas gelatinas unos testimonios de una mujer que había sido torturada, desaparecida y dada por muerta, que había testificado y entonces yo estaba difundiendo ese tipo de información”, expresó.
Partnoy fue detenida el 12 de enero de 1977 en momentos en que se encontraba junto con su pequeña hija en la vivienda que habitaban ubicada en la calle Canadá al 240 de Bahía Blanca.
“Estaba con mi nena, mi esposo se había ido a trabajar y suena el timbre de la puerta de calle porque vivíamos en una casa a los fondos y en un largo pasillo”, contó Partnoy.
“Salgo a atender con mi nena siguiéndome atrás y cuando estoy por llegar a la puerta escucho golpes muy brutales, pregunto quién es y me dicen ´el Ejército, abra´; y yo sabía lo que estaba pasando cuando venían a buscar ciudadanos”, agregó.
“Me dí vuelta, empecé a correr por el pasillo, dudé un instante en llevar a la nena conmigo para saltar el tapial en el fondo de mi casa, le dí un beso, corrí y salté, lo único que escuché de ella los siguientes cinco meses es que rompió a llorar, sentí una bala, tiros y no supe que había pasado con ella”.
Tras saltar el tapial y llegar a un terreno baldío la mujer fue detenida por un grupo de soldados que la estaban esperando.
“Grité por mi hija, que la cuiden, que la van a matar, gritaba”, dijo al comentar que la subieron a una camioneta con soldados y se trasladaron hasta el trabajo de su esposo, donde también lo detuvieron.
La escritora relató que los llevaron al Comando en V Cuerpo del Ejército, al afirmar que “sabía lo que era ese lugar porque mi esposo hizo la conscripción allí. Nos ponen en una sala, yo estaba descalza porque había perdido mis chancletas tras haber corrido y saltado”.
“Después me vendan y me llevan por una escalera donde me toman declaración y me preguntan el nombre, la edad y me piden datos de militancia que yo niego”, añadió.
“Luego a la tarde me llevan vendada y esposada en el piso de un auto, parecía un jeep, a un lugar donde levanto la cabeza por debajo de la venda y veo que en el muro están las letras de las tres A en la entrada”, agregó sobre el centro clandestino de detención conocido como La Escuelita.
 
La testigo dijo que pasó la noche en ese lugar "en una cama, atada con los ojos vendados, escucho gritos durante la noche y luego me entero que son los gritos de mi esposo en la tortura”.
“Yo creo que la tortura más grande que sufro es que no sabía qué habían hecho con mi hija, me dicen que la van a matar, me ponen una máquina que no me da electricidad y hay un ruido como un chispero y hacen como que van a disparar con un revólver, y me dicen que tengo que hablar”.
“Estuve en ese lugar como tres meses y medio, siempre obligada a estar acostada, en ocasiones cada veinte días nos permitían bañar”, relató.
La mujer comentó que “mi hija quedó con unos vecinos, mis padres fueron al Comando a buscar información, no hicieron recursos de habeas corpus por entender que la gente no sabía y a veces pensaban que un recurso era más negativo en casos de las desapariciones”.
Además Partnoy ofreció al Tribunal diversa documentación como notas que hicieron sus padres y suegros preguntando “donde estábamos nosotros, y que se les permitiera acceder a la casa en donde vivíamos".
“Agradezco realmente y aprecio la labor de este Tribunal, vengo testificando hace más de tres décadas todo esta información que he ido entregando en más de 30 años, para mí este momento es muy importante, y de algún modo lo que estoy agregando espero que pueda contribuir”, expresó en referencia a su Documento Nacional de Identidad, entre otros.
Tras su detención en “La Escuelita”, Partnoy fue trasladada a la Unidad Penal 4 de Villa Floresta de Bahía Blanca, el 25 de abril de 1977.
“Estuve desaparecida 52 días sin nombre y sin número, en una celda de castigo”, dijo al comentar que “en ese tiempo yo pensaba que me iban a matar en cualquier momento, a mi entender estaba desaparecida”.
Partnoy agregó que “en esos 52 días yo escribo los poemas que había escrito antes de mi desaparición y escribo nuevos poemas”, al señalar que “entrego a este Tribunal algunas páginas de lo que escribí”.
Tras permanecer en Villa Floresta la mujer fue trasladada el 8 de octubre de 1977, en avión, al penal de Villa Devoto, en la Capital Federal, donde recuperó la libertad el 23 de diciembre de 1979 y se trasladó a los Estados Unidos, lugar donde en la actualidad reside en la ciudad de Los Angeles.
Ya en Estados Unidos, Partnoy escribió el libro llamado “La Escuelita”, que consta de relatos testimoniales sobre el centro clandestino de detención y que fue publicado en 1986.

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