miércoles, 28 de marzo de 2012

Excavaciones sacaron a la luz la "Escuelita" de Bahía Blanca y hallan 45 Ford Falcon usados en la represión



Especialistas lograron cotejar los testimonios de los detenidos al reconstruir el lugar, que fue un centro clandestino de detención y tortura. Varios rionegrinos pasaron por este edificio.

A pesar de los 36 años transcurridos y la piqueta que pulverizó paredes y techos testigos del horror, la "Escuelita" de Bahía Blanca volvió al ras de la tierra. Un grupo especializado en excavaciones escarbó en el lugar donde se suponía se había levantado este centro clandestino de detención y tortura. Y allí estaban las piedras mezcladas con cemento que sostuvieron aquella infraestructura. Hoy, pequeños carteles con números clavados en la tierra dibujan en el suelo el rastro de lo que fueron paredes.

Las excavaciones cotejaron lo descripto y hasta lo dibujado por los testigos en sede judicial. "No sólo se confirmaron esos testimonios, sino que ahora quedaron visibles lo que fue la sala de torturas, los lugares de detenciones y donde nació uno de los niños en cautiverio", detalló el fiscal Federal Abel Córdoba, que cumple esa función en el primer juicio contra militares retirados que se lleva adelante en Bahía Blanca.

El funcionario destacó el significado de este hallazgo para las víctimas y la sociedad "porque durante muchísimo años fue un lugar que no quiso ser visto por las autoridades judiciales, la comunidad y corporaciones".

Puntualizó que las excavaciones le pusieron cimientos a los dibujos de Alicia Partnoy y Gustavo López, "casi un calco de lo que registraron en sus memorias sobre el lugar" reforzados por decenas de otros testimonios. Anticipó que las excavaciones continuarán allí para profundizar el trabajo hasta 50 centímetros de profundidad. Además quedan por descubrir detalles relevantes como algunos pozos tapados con cemento. "Estaba pendiente la ubicación exacta y es un logro que sigue venciendo la impunidad y el silencio que se ha querido imponer y del que todavía seguimos sobreponiéndonos", sostuvo el fiscal.

Por esa "Escuelita" pasaron varios rionegrinos. Entre ellos los viedmenses Héctor Ayala, Oscar Bermúdez, Oscar Meilán, Vilma Diana Rial de Meilán y Luis Miguel García Sierra. También estuvieron allí Juan Pablo Bohoslavsky -actual vice rector de la sede Alto Valle y Valle Medio de la UNRN, el ex diputado rionegrino Eduardo "Bachi" Chironi y Jorge Abel.

Ambos murieron en los últimos años esperando justicia.

Hallaron 45 Falcon en Puerto Belgrano

Como un macabro símbolo de la última dictadura militar en el país, en un galpón de la base naval de Puerto Belgrano, en Bahía Blanca, fueron encontrados 45 autos modelo Ford Falcon.

La tierra acumulada sobre ellos indica el tiempo que llevan allí conservados. La mayoría de ellos color verde modelos 80, unos pocos hasta sin motor pero todos conservados en ese enorme sitio.

El hallazgo se produjo en el marco de una inspección ocular realizada durante toda la jornada del viernes que incluyó la base naval Espora y de la que participaron el juez federal Eduardo Testoni y el fiscal Abel Córdoba, quien también cumple esa función en el juicio contra 17 militares retirados imputados de delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura en Bahía Blanca y zona de influencia incluidas Viedma y Patagones.

La inspección estuvo vinculada a una causa que se investiga en Buenos Aires por los denominados "vuelos de la muerte".

El recorrido incluyó la base Espora y los aviones que se encuentran en el museo de esta área naval, en especial el "Electra", una nave desde la que se supone habrían sido arrojadas personas detenidas durante la dictadura.

jueves, 22 de marzo de 2012

Un juez admitió haber sido “asesor” de Inteligencia durante la dictadura

Sobre el camarista, profesor de la Universidad del Sur, pesa un pedido de juicio académico. Utilizó insólitos argumentos en su descargo. Su caso se suma al de otros funcionarios judiciales bahieneses acusados de complicidad con represores.
 
Por Gabriel A. Morini

El juicio por delitos de lesa humanidad cometidos por el V Cuerpo del Ejército en Bahía Blanca sigue arrojando posibles complicidades civiles dentro de la propia justicia bahiense. El camarista federal Néstor Luis Montezanti, afronta desde octubre de 2011, un pedido de juicio académico, acusado de haberse desempeñado como “personal civil de inteligencia” durante la última dictadura militar, algo que admitió a medias en su descargo. Este profesor de la Universidad Nacional del Sur (UNS) se suma a otros dos titulares de cátedra de esa casa de estudios e integrantes de la propia justicia cuyo rol durante la dictadura es cuestionado. El fiscal federal Abel Córdoba fue el primero en sacar a la luz que Montezanti revistó en el Destacamento de Inteligencia 181, en el año 1981, cuyo jefe era el coronel José Osvaldo “Balita” Riveiro, uno de los coordinadores del Plan Cóndor. Su nombre aparece en los listados de personal de inteligencia pertenecientes al Batallón 601.

Montezanti es actualmente titular de tres cátedras en la UNS: Introducción al Derecho, Ciencia Política y Derecho Administrativo I. Su nombre aparece en el renglón 3036 de la nómina del personal civil de inteligencia que revistó en el período 1976-1983 confeccionado por la Secretaría de Derechos Humanos, en base a expedientes desclasificados. También acumula denuncias en el Consejo de la Magistratura por parte del sindicato de judiciales conducido por Julio Piumato, a raíz de supuesta violencia laboral contra sus empleados.

El consejero universitario Dante Patrignani pidió el juicio académico, pero el camarista presentó además un recurso insólitamente fundado para suspenderlo hasta tanto la justicia no resuelva su propia impugnación contra la resolución de la asamblea de la UNS que lo excluía éticamente como profesor. “Los hechos a que alude el denunciante ocurrieron entre el 1º enero 1981 y el mismo día de junio de 1982, es decir grosso modo treinta años atrás, durante los cuales corrió mucha agua bajo los puentes, incluso los de los obturados y malolientes canales de nuestro país”, comienza Montezanti su desopilante defensa presentada el 26 de octubre de 2011, a la que tuvo acceso Tiempo Argentino. “Durante ese lapso no ocurrió ninguna desaparición forzada ni una detención sin orden judicial ni un exilio forzado”, prosigue evitando mencionar la palabra “dictadura” en todo el texto. “Cualquiera sabe que las operaciones de contrainsurgencia se detuvieron en nuestro país en 1979”, aludió en referencia a los operativos de desaparición forzada perpetrados por los militares.
El juez de Bahía fue más allá en su intento de descargo y apuntó al denunciante y a su acusación como partícipe civil de la represión a la que calificó como “una cháchara efectista, muy mal redactada, de un inepto resentido, que lo único que hace es mamar insaciablemente de la ubre ubérrima de nuestro pobre Estado”. Denominó como “cositas” algunas de las acciones bélicas emprendidas por la dictadura como el conflicto con el Canal de Beagle y la Guerra de Malvinas. “En el famoso Proceso de los Comandantes, la justicia absolvió a Galtieri, Anaya y Lami Dozo de crímenes contra la humanidad”, deslindó además el vínculo cronológico con los hechos. Para describir la situación histórica del país citó  escritos del periodista y ex titular de la SIDE menemista Bautista “Tata” Yofre y del escritor y fugaz ministro de Educación porteño Abel Posse.

Pero en el descargo, Montezanti reconoció que su rol fue de “simple Asesor Universitario” y “no como personal de calle o agente de reunión o cualquier otra denominación pintoresca que pudiera sugerir espionaje”. De esta forma aclaró que la “inteligencia no debe confundirse con la información que es la recolección de datos”. Montezanti concluyó que se pretende iniciar un “juicio académico a un profesor cuyo desempeño fue de apenas un año y medio” en los servicios de inteligencia, sin mencionar que durante el período señalado era un abogado y que fue designado directamente como camarista durante el interinato de Eduardo Duhalde, en 2003.

viernes, 2 de marzo de 2012

Pericias en “La Escuelita”

La asociación Memoria Abierta entregó a la Justicia Federal de Bahía Blanca el informe sobre el relevamiento pericial realizado en la edificación demolida donde funcionó el centro clandestino de detención conocido como “La Escuelita” durante la última dictadura militar.

Se trata de la primera etapa del relevamiento pericial realizado desde abril hasta diciembre del 2011 en el lugar donde funcionó “La Escuelita”, en el predio del Comando en el V Cuerpo del Ejército ubicado en el camino de la Carrindanga, en las afueras de Bahía Blanca.
Fuentes judiciales  que “el trabajo de campo consistió en el relevamiento de muros y cimientos, y luego continuó en laboratorios del Departamento de Humanidades y del Gabinete de Hidrogeología del Departamento de Geología de la Universidad Nacional del Sur”.

Desde la Unidad de Asistencia para causas por violaciones a los Derechos Humanos se indicó que como conclusión de los trabajos periciales se determinó “la presencia de elementos recurrentes en las descripciones de los testigos, los que son coincidentes con los elementos que aún hoy se encuentran en el predio militar”.

Las pericias se desarrollan en un predio militar cautelado por la justicia federal de Bahía Blanca.