Minutos antes ya le habían advertido que, con sus reiteradas respuestas reticentes y poco esclarecedoras ante las preguntas del fiscal, estaba caminando en la cornisa del falso testimonio. Los interrogantes del doctor Abel Córdoba continuaron, pero las palabras del testigo no cambiaron demasiado y sus contradicciones se multiplicaron. Los "no sé", "no recuerdo", "no puedo determinar" se repitieron al punto que terminaron por cansar al presidente del Tribunal Jorge Ferro quien cortó en forma abrupta la testificación del suboficial retirado Néstor Carlos Ravasi y dispuso su detención a disposición del juez federal en turno de Bahía Blanca durante la audiencia vespertina del miércoles, en el juicio por delitos de lesa humanidad que se desarrolla en la Universidad Nacional del Sur. El testigo, de 73 años, integró como clarinetista y saxofonista la banda musical del batallón de Comunicaciones 181 y luego fue encargado de la división Bandas del Comando. Una vez retirado, Ravasi, que tiene perfil en Facebook, fue director de la Banda Santa Cecilia. Vivió en una casa que el Ejército le cedía dentro del predio del ex Quinto Cuerpo hasta que después del golpe de Estado aseguró que se la pidieron y tuvo que mudarse a vivir con su suegro. Durante la instrucción judicial dijo que aquella vivienda había sido objeto de ataques y que las guardias sobre el camino La Carrindanga eran cotidianas. Sin embargo, en su declaración de ayer ante el Tribunal negó haber realizado declaración alguna anteriormente. Su memoria sólo se refrescó cuando le exhibieron la foja 144 del expediente judicial y reconoció su firma en la causa. Antes y después de ese reconocimiento, Ravasi respondió con evasivas a las preguntas del fiscal Córdoba quien, después que el juez Ferro dispusiera el fin de la declaración del testigo, pidió su detención por falso testimonio.
Ravasi dijo conocer a algunos de los imputados: a Jorge Mansueto Swendsen, porque era jefe del Batallón donde él revistaba. Dijo que unos días atrás leyó por internet la declaración que el ex militar realizó ante el Tribunal. A Walter Bernabé Tejada lo recordó como coronel del Ejército y secretario general del Cuerpo. De Hugo Fantoni dijo que era el jefe de personal y también había oido nombrar a Osvaldo Bernardino Páez y Mario Méndez. Mencionó que mientras estuvo en el batallón y en el comando, se enteró "por comentarios" que había un lugar de detención dentro del predio del Quinto Cuerpo. Aseguró que nunca fue hacia allí y que si hubiera querido ir, no hubiera podido pasar porque era un lugar restringido. Sabía de otros militares que habían intentado pasar y no habían podido. También dijo que no supo nada de secuestros de personas en la ciudad ni de la existencia de grupos de tareas dentro del Ejército. En las próximas horas, Ravasi, deberá ser indagado por el juez en turno quien resolverá sobre su situación procesal bajo la acusación de falso testimonio que surgió en la sala de audiencias de Colón 80.
Tras la declaración de Ravasi, testimoniaron Nelly de Andrés y su hija Rosa Elizabeth. Ambas contaron el caso de Edgardo, hijo de Nelly y secuestrado el 5 de octubre de 1975 en La Plata, cuando tenía 27 años y se dirigía a recibir su flamante título de médico. Once días después, con la excusa de que le iban a dar datos sobre el paradero de su esposo, secuestraron en Carhué a Norma, la mujer de Edgardo. Desde aquel momento, ambos siguen desaparecidos. "Mamá, aún hoy, todavía tiene la esperanza de que él aparezca" declaró Rosa quien aseguró que tanto su hermano como su cuñada no tenían afiliación política. Su madre comentó que Edgardo, en los días feriados, iba al hogar del Niño de Ingeniero White a buscar a los chicos para sacarlos a pasear. Y que también iba a casas de barrios humildes a enseñarles higiene. "Siempre tuve esperanza de que volviera. Después del Mundial de fútbol y en cada Navidad y Año Nuevo" confesó la mujer de 85 años, ataviada con un pañuelo blanco. Debido a los problemas que tiene para oir, su declaración fue breve, pero se cerró con un sonoro aplauso por parte de los concurrentes a la sala de Colón 80. Tras el testimonio de ambas mujeres, el Tribunal entró en receso hasta el próximo martes 25 de la próxima semana en la que habrá audiencias además el miércoles 26 y el jueves 27 hasta el mediodía
Ravasi dijo conocer a algunos de los imputados: a Jorge Mansueto Swendsen, porque era jefe del Batallón donde él revistaba. Dijo que unos días atrás leyó por internet la declaración que el ex militar realizó ante el Tribunal. A Walter Bernabé Tejada lo recordó como coronel del Ejército y secretario general del Cuerpo. De Hugo Fantoni dijo que era el jefe de personal y también había oido nombrar a Osvaldo Bernardino Páez y Mario Méndez. Mencionó que mientras estuvo en el batallón y en el comando, se enteró "por comentarios" que había un lugar de detención dentro del predio del Quinto Cuerpo. Aseguró que nunca fue hacia allí y que si hubiera querido ir, no hubiera podido pasar porque era un lugar restringido. Sabía de otros militares que habían intentado pasar y no habían podido. También dijo que no supo nada de secuestros de personas en la ciudad ni de la existencia de grupos de tareas dentro del Ejército. En las próximas horas, Ravasi, deberá ser indagado por el juez en turno quien resolverá sobre su situación procesal bajo la acusación de falso testimonio que surgió en la sala de audiencias de Colón 80.
Tras la declaración de Ravasi, testimoniaron Nelly de Andrés y su hija Rosa Elizabeth. Ambas contaron el caso de Edgardo, hijo de Nelly y secuestrado el 5 de octubre de 1975 en La Plata, cuando tenía 27 años y se dirigía a recibir su flamante título de médico. Once días después, con la excusa de que le iban a dar datos sobre el paradero de su esposo, secuestraron en Carhué a Norma, la mujer de Edgardo. Desde aquel momento, ambos siguen desaparecidos. "Mamá, aún hoy, todavía tiene la esperanza de que él aparezca" declaró Rosa quien aseguró que tanto su hermano como su cuñada no tenían afiliación política. Su madre comentó que Edgardo, en los días feriados, iba al hogar del Niño de Ingeniero White a buscar a los chicos para sacarlos a pasear. Y que también iba a casas de barrios humildes a enseñarles higiene. "Siempre tuve esperanza de que volviera. Después del Mundial de fútbol y en cada Navidad y Año Nuevo" confesó la mujer de 85 años, ataviada con un pañuelo blanco. Debido a los problemas que tiene para oir, su declaración fue breve, pero se cerró con un sonoro aplauso por parte de los concurrentes a la sala de Colón 80. Tras el testimonio de ambas mujeres, el Tribunal entró en receso hasta el próximo martes 25 de la próxima semana en la que habrá audiencias además el miércoles 26 y el jueves 27 hasta el mediodía
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